Descubrirás las 5 cadenas que DEBES de romper para crear tu mejor versión y ser LIBRE de una vez por todas.

Cadenas que vas a romper:

1.-Baja autoestima
2.- Irresponsabilidad emocional
3.- Miedo al éxito de tu ser
4.- Creencias limitantes motivadas por la inseguridad
5.- Dependencia economica

si te sientes identificada con las siguientes emociones, ¡Este libro es para ti!

¿Por qué deberías leer Liderazgo en Tacones?

En este libro podrás conocer los secretos más importantes para convertirte en una MUJER LÍDER.
Te mostraré a través de mi experiencia y diversos ejercicios como tomar conciencia de lo que está limitando tu potencial.

Tocaremos temas muy importantes como el autoestima, inteligencia emocional, liderazgo femenino y finanzas personales.

Descubrirás 5 cadenas que DEBES de romper para crear tu mejor versión y ser LIBRE de una vez por todas.

¿Por qué escribí “Liderazgo en Tacones”?

Hace muchos años empecé a sentir que ayudar a más mujeres era uno de mis propósitos más fuertes, así que decidí hacer un MasterClass hace 3 años.

Hace 1 año tomé la decisión que la mejor manera de llegar a más mujeres era transladar mis conocimientos a un libro y así poder lograr que 1 millón de mujeres sean libres.

Es una meta ambiciosa que sé que juntas la podremos lograr.

A todas las mujeres les digo: “Cuenten conmigo, tengo certeza que un mundo con mujeres como TÚ creará magia en esta generación y en las siguientes, confío en ti”.

¿Hace cuánto no te atreves a probar cosas nuevas?
¡tú mereces leer este libro!

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Enamórate del libro que está convirtiendo más mujeres líderes

6 Capitulos

139 Páginas

libro liderazgo en tacones

Prólogo

Soy una firme creyente de que las mejores acciones son las que nacen y ven la luz desde la cuna del corazón. El amor es una fuerza potente, indestructible, capaz de remover el cielo y la tierra. Existe, desde la punta de la más alta cima, y hasta en las profundidades abismales del más hondo de los océanos. Quizás muchas personas no estarían de acuerdo conmigo en esto, pero, ¿sabes? El que todos y todas podamos tener una propia visión y opinión sobre el mundo, es, para mí, uno de los rasgos que denotan nuestra condición de seres nacidos para la felicidad, la libertad y el amor.

Mi nombre, el quién soy yo, ya lo leíste, ¿cierto? De todos modos, ¡permíteme presentarme!

Me llamo Dalu Deustua y soy médica de profesión. También soy una apasionada de la felicidad, el amor y la libertad. Creo, aseguro y sé que todos somos valiosos por el simple hecho de existir. Liderazgo en tacones, ¡sí!, así también se titula este libro que orgullosa tengo el placer de presentarte hoy, en sus inicios comenzó siendo un taller que fue creciendo y desarrollándose junto a aquella yo que se descubrió y redescubrió a lo largo de un arduo proceso de siete años. ¡Y mira que sí fue bastantito trabajo! Ciertísimo es, que una nunca deja de crecer y de aprender.

Algo que me hace ser muy yo, que sé que es mío, muy de Dalu, es el gran deseo de mi corazón por ayudar a otras personas. Si bien en un principio no lo entendía, y tampoco quería encasillarme, Dios, en su infinita sabiduría, me fue guiando por el sendero del empoderamiento femenino. Verás: el ayudarte a que logres superar los desafíos que te plante la vida, mi querida amiga, el verte sonriendo victoriosa en la cima, así, bien realizada, feliz, viviéndote al máximo de tu potencial de mujer, es un sueño mío que quiero volver realidad por medio de este libro que hoy tienes en tus manos.

Ahora que te conté un poco sobre mí, me gustaría que reflexionaras un poco sobre lo siguiente: ¿Quién eres tú?

Tu vida no se compone de coincidencias, sino de una serie de eventos. Tu esencia, tu alma única e irrepetible, no te fue asignada por mero capricho del destino o porque Júpiter estaba en posición ascendente. ¡Ay, no! Los caprichos cósmicos no existen. El universo no se formó porque sí, eso es lo que creo yo. Dios no juega a los dados. ¡Tampoco apuesta! La verdad es que lo toma todo tan en serio, que muchos piensan que es un aburrido. Y no es porque el apostar lo convierta en un ludópata o porque él sea un estirado que solo sabe sacudir la cabeza cuando escucha a Cindy Lauper cantando que ella solo quiere divertirse.

Desde antes de que tú nacieras, él ya sabía tu nombre. Te conoció. Te amó tanto, que por eso te regaló una misión. Te ama demasiado y por eso te escribió en el alma, con la pluma de la inquieta libertad, una guía. ¡En serio! En tu guía puedes encontrar este destino que solo tú puedes cumplir.

Ok. Y si esto es verdad, ¿cómo se supone que tú y yo sepamos esto? ¿Cómo se supone que nos leamos la guía del alma? ¡Hay tantas personas que dicen que el alma ni siquiera existe!

Con demasiada frecuencia, y estarás de acuerdo conmigo, lo único que podemos pensar al respecto de nuestra propia vida es que es esa cosa horrible que nos sucede y no podemos frenar o controlar, que es una pesadilla de la que no podemos despertar porque ya tenemos los ojos bien abiertos. Y, a veces, se te acerca gente decirte que no te rindas, que le eches ganas, que todo sucede por una razón, que es la voluntad de Dios…

Antes, ¿sabes cómo me caía Dios? ¡Adivina adivinadora! Sí, tan bien como una patada al estómago o como una comida fea que encima se echó a perder.

Cuando yo tenía siete años y mi hermano seis, mi mamá murió. Quisiera poder decirte que afortunadamente contábamos con mi papá, pero por cuestiones de salud de él no fue así. Mis abuelitos paternos fueron quienes nos acogieron y criaron: gracias le doy a Dios todos los días por haber contado, y seguir contando, con los que yo considero, siento, son mis amorosos papás. Mis abuelitos nos abrigaron, mimaron y respetaron. Las cosas no siempre fueron color de rosa, claro, surgieron desafíos como los hay en toda familia, pero te aseguro que el amor fue aquel ingrediente secreto-no-tan-secreto que siempre nos llenó de luz y energías para plantarles cara a los retos.

De niña, tú no dirías que yo era el alma de la fiesta, la verdad es que no me encantaba estar con gente desconocida o de fuera de mi círculo. ¡Pero eso sí! Aún con lo solitaria que yo era, muy dentro de mí sabía que quería ayudar a todas esas personas desconocidas. Por paradójico que suene, mi corazoncito de pollo quería hacer que se pusieran buenos, que sanaran, que no sufrieran de dolores ni que murieran. Sabía que quería volverme médica. Sin embargo… Estoy segura de que podrás imaginarte cuán devastador fue para mí el perder a mi mami. Mi familia cambió de la noche a la mañana, al igual que lo hizo mi vida. La Dalu chiquita que quería ser doctora creyó que su mamá había muerto porque la ayuda no le había llegado a tiempo. Aquella Dalu chiquita creció intentando ser fuerte, valiente, pese a que se sentía rota por dentro. Se infló y sacó pecho en su intento de sentirse menos pequeña, desamparada… Y es que… ¿Por qué, si Dios era bondadoso, se había llevado a su mamá?

Te seré sincera: fueron años bastante oscuros.  El norte era el sur, el este era el oeste, la noche pasó a ser el día… Vagaba sin un rumbo fijo, intentando que no se me notara lo quebrada que estaba. Por desgracia, mis nubes se interpusieron en mi camino. Cuando tienes una baja autoestima, tiendes a apoyarte demasiado en los demás. Piensas que tu fuerza y la esperanza para levantarte día a día provienen de afuera, crees que quererte es responsabilidad de otros. En tu intento por no perderlos, terminas empujándolos lejos de ti y tus peores temores se vuelven realidad. Te olvidas de vivir, vas sobreviviendo y rogando que no te dejen sola. Es muy triste.

¿Has escuchado eso de que Dios aprieta pero no ahorca? ¡Es cierto! De una manera u otra, dentro de ti, existe el anhelo natural de ser feliz. Existen personas dispuestas a ayudarte. Si nadie me hubiera ayudado a mí, uy, qué te digo, tú no tendrías este libro en tus manos. Sin ayuda, hoy yo no podría tenderte la mano a ti. En mi opinión, este mundo es una sucesión de caminos interconectados: si yo te ayudo, mañana tú podrás echarle la mano a alguien más, ese alguien lo hará con otra persona, y así sucesivamente, hasta que todas y cada una de las piezas del mosaico se iluminen. En cada acto individual se refleja parte de la alegría y la esperanza colectivas de nuestra sociedad. Nos influimos mutuamente. Nos lidereamos.

Sin embargo, te platico que es aquí en donde la cosa se pone complicadilla, vamos, que es donde nacen los retos.

Estas son las cartas: tú, mujer, mi querida amiga, eres una mujer que posee un tremendo potencial de liderazgo. No eres segundona de nadie.

¡Eh! No te me vayas por las ramas ni empieces a pensar que no. Créeme. Tú, yo, tus amigas, hijas, sobrinas, todas nosotras, somos líderes libres en potencia. Todas esas veces que sentiste el tremendo impulso de tomar las riendas de la situación o de darle la vuelta al tablero, bueno, pues esa fue tu naturaleza de líder que luchaba por salir. Lo que sucede aquí, es que te han hecho creer que el liderazgo no es para ti. ¿Te hablo de liderazgo? ¿Qué hay de tu propia vida? Estoy segura, porque me pasó a mí también, que has llegado a sentir que ni tu vida ni lo que sucede en ella te pertenece. Piensas que eres como una marioneta de rostros reversibles con la que alguien, sabe quien será, juega a capricho. ¡Y no!

Tal vez en estos momentos estés sintiendo que no eres una mujer libre. Quizás te pesan demasiado los recuerdos del pasado. Puede que no sepas bien quién eres o hacia dónde estás yendo, o que tus relaciones interpersonales sean un caos. ¿Por qué no te sale nada bien? Si a eso le sumas la cuestión del dinero… Puff… ¿Te gustan las cadenas? A mí tampoco. Reales o imaginarias, el peso es el mismo. Y lo malo de este asunto de las cadenas, es que no nacimos con ellas. Nos enseñaron u obligaron a ponérnoslas, o nos las heredaron.

Este panorama tan aterrador que te mantiene paralizada en la impotencia no es sencillo de vencer, lo sé. ¡Pero no te centres en esto! Ya sabes, es como la que se sienta a llorar sobre el barro porque está atrapada en un foso. Por sus lágrimas, no es capaz de ver que está vestida con ropa que puede quitarse y atar para formar una cuerda. Lo genial del asunto, es que esto que les sucede a tantas mujeres no tiene por qué pasarte a ti. Tú tienes poder de elección.

Tú podrás ser todo lo que tú quieras llegar a ser, siempre que estés dispuesta a lograrlo con el corazón y el alma. A partir de hoy, si continúas, tú serás la arquitecta de tu propio destino. Cada decisión que tomes será tuya. Tus resultados dependerán de tu empeño, tesón y valentía. Si vas a tragar saliva de los nervios, ¡mejor que lo hagas de una vez!

Gracias a Dios y a mi experiencia en los embates de la vida, identifiqué algo curiosísimo que se convirtió en los pilares fundamentales de Liderazgo en tacones. Las mujeres que no viven al máximo, las que no son felices y que experimentan insatisfacción a diario, son las que están presas y amordazadas por pesadas y aparatosas cadenas. ¡Así no se puede, caramba!

Son cinco cadenas las que atan el potencial de liderazgo de las mujeres.

¡Venga ese redoble de tambores! Me gusta hacerlo con emoción, así que por el momento no te revelaré cómo se llaman tus cadenas. Pero, si te quedas conmigo, ¡prometo contártelo todo!

Antes que nada, quiero decirte que ser una mujer líder no es ajustarte tus tacones favoritos nada más para ir por ahí mandando a la gente. Oh, no. Una auténtica mujer líder es aquella que se ama a sí misma y que ama a los demás. Es la mujer que sabe comunicarse y que está tan segura de quién es, y hacia dónde va, que ni los sustos ni las tormentas ni los machismos ni las críticas consiguen amedrentarla. Vaya o no vaya al gimnasio, ¡es fuerte! Una mujer líder es alguien que no depende de nadie en ningún aspecto, y que, sin embargo, sabe ser vulnerable. La mujer líder sabe que puede confiar en quienes la rodean, porque ellos confían en ella. La mujer líder es libre, amorosa, feliz, y la vida, que únicamente otorga a cada cual lo sembrado, la premia por atreverse a ser quien es en realidad.

Un experto en liderazgo, una eminencia es este hombre, John C. Maxwell, dice que ser líder tiene todo qué ver con influir en las personas. Sobre el peso del mundo que sientes en tus hombros, pronto descubrirás que no es sino una señal del gran poder de tu interior que todavía duerme. Este poder, te lo advierto de una vez para que no digas que no te aviso, requerirá que cambies radicalmente tu forma de pensar. Deberás enfrentarte a verdades desagradables o a las emociones que prefieres esconder bajo la alfombra. ¡Y nada de eso, eh, está prohibido huir! También llevaremos a cabo algunos ejercicios, así que por favor consíguete un boli y un cuadernillo y déjalos cerca.

Otra cosa: el mundo le pertenece a quienes hacen las cosas, así nada más. No a las que piensan, repiensan, y vuelven a pensar en que podrían hacer las cosas. O lo haces o no lo haces, ¿vale? Dentro de tu transformación y cambio, que tomes acción será crucial y hará la diferencia. No podrás seguir siendo la misma vieja tú si de veras deseas que tu vida dé un giro para bien. Sería como coserle un remiendo de satén nuevecito a un viejo vestido de tela de poliéster, un completo desperdicio, ya me entiendes.

Eres tú, la única que puede hacerlo, ¿estamos? Confía en Dios, en Buda, Jesucristo, quien tú quieras, pero confía. ¡Aquí también estoy yo! Dalu Deustua, para servirte. No estás sola y nunca lo estarás. Naciste para realizarte desde la libertad, el amor y la felicidad; naciste para inspirar, para hacer de tu mundo un lugar mejor. Y madre mía, no te me asustes, te prometo que estás perfectamente calificada para la tarea. Así que, sin más preámbulos, ¡venga otro redoble de tambores!, ajústate bien esos tacones, mi excelente mujer líder en potencia, y comencemos con el emocionante, movidito viaje lleno de sorpresas que he preparado con todo mi corazón para ti.

TESTIMONIOS

Sobre la autora

Dalu deustua

Mi nombre es Da Lunae Deustua, mi mamá nos complicó un poco con el nombre, por eso me conocerás como Dalu Deustua.

Soy la mayor de 2 hermanos y desde pequeña siempre he querido impactar en la vida de muchas personas.

Mi vida dió un giro 360 grados cuando mi mamá falleció cuando tenía 7 años y tuve que aprender a vivir sin ella. Pero Dios en su gran amor me entregó la posibilidad de seguir sintiéndome amada por mis abuelos, tíos, amigos y profesores.

Practiqué desde muy pequeña deportes y me hice experta en Tae Kwon Do, una arte marcial coreana que potenció mi disciplina y carácter.

Los años me enseñaron que amar a las personas era clave para sanar mi corazón, así que decidí ser bombero, médico y ahora empresaria en una economía solidaria

Estoy por cumplir 9 años desarrollando personas y en especial mujeres que desean liberar su potencial.

Me he certificado en Programación Neurolingüística y Negociación efectiva.
Me he entrenado con John C Maxwell, Ismael Cala, Camilo Cruz y Marcos Witt.
En el 2020 completé mi certificado de Coach Ontológico y a inicios del 2021 el de Coach Laboral.

Estoy agradecida con Dios por darme la oportunidad de cumplir mi más grande sueño, ayudar a más personas a cumplir los suyos.

Dalu Deustua